Seguro que conoce Dadinho, el famoso dulce de cacahuete con sabor a infancia. Pero ¿sabía que se creó en honor a la ciudad de São Paulo? Creado en 1954, el pequeño cubo mantiene desde su nacimiento una curiosa relación con la capital y se ha convertido en un símbolo inconfundible de la ciudad. símbolo inconfundible de la ciudad. ¡Conozca los detalles únicos de este pequeño cubo que es la cara de SP!
El caramelo se creó en honor del IV Centenario de São Paulo
En 1954, la ciudad de São Paulo celebró su 400 aniversario con una gran fiesta. Algunas de las atracciones fueron la inauguración del Parque de Ibirapuera y la finalización de una importante reforma de la Catedral de la Sé, por ejemplo. Otro acontecimiento emblemático fue la Lluvia de Plata, cuando aviones del ejército dejaron caer sobre el Viaduto do Chá millones de papeles, pequeños triángulos de aluminio que brillaban en el aire a la luz de los focos.
En aquella época, la empresa Dizioli decidió lanzar un dulce llamado «IV Centenário«, en honor del aniversario de la ciudad. El pequeño cubito de cacahuete recibió un envoltorio plateado para recordar la Lluvia de Plata, y acabó convirtiéndose en una forma de llevarse a casa un trocito de las celebraciones del IV Centenario de São Paulo .

Del IV Centenario a Dadinho: el dulce se convirtió en leyenda paulista
Con el tiempo, el nombre «IV Centenário» no cuajó. Los paulistas apodaron cariñosamente al dulce «Dadinho» por su forma cuadrada, y el apodo caló tan bien que el propio fabricante decidió hacerlo oficial.
A pesar del cambio, Dadinho sigue siendo un dulce típico de São Paulo. Y, aunque mucha gente no lo sepa, sigue siendo fiel a sus orígenes: el envase conserva tanto el icónico color plateado como las palabras «IV Centenário». ¿Se ha dado cuenta?
Hoy, Dadinho sigue siendo una presencia garantizada en las panaderías y merenderos de São Paulo, así como en la memoria afectiva de la ciudad. Al fin y al cabo, el cubito de cacahuete es algo más que un dulce: forma parte de la historia y la identidad de São Paulo, ¡y mantiene vivas las celebraciones del IV Centenario con cada bocado!