El Cementerio de Vila Formosa es el mayor de América Latina, con 763.000 metros cuadrados, en la Zona Este de São Paulo. Con 76 años de historia, se ha convertido en uno de los lugares de enterramiento más importantes de la ciudad y destaca por sus características de parque, que lo diferencian de los cementerios tradicionales.
La necrópolis es la cuarta mayor zona verde de la ciudad detrás de los parques de Anhanguera, Ibirapuera y Carmo. Su grandeza alberga tumbas, además de un bosque con cerca de 10.000 árboles autóctonos, como quaresmeiras y guayabos, e incluso un manantial.

Conozca la historia del mayor cementerio de América Latina
Inaugurado en 1949, el Cementerio de Vila Formosa pronto se convirtió en una referencia en la Zona Este. Su área equivale a más de cien campos de fútbol y, desde su inauguración, ha recibido más de 1,5 millones de entierros – en su mayoría ciudadanos de las clases C, D y E, que inicialmente no tenían acceso a las necrópolis más tradicionales de la ciudad.
Durante la dictadura militar brasileña, el cementerio pasó por una fase oscura y se convirtió en lugar de enterramiento clandestino de políticos desaparecidos. El caso salió a la luz en 2010 con el descubrimiento de una fosa clandestina que contenía decenas de huesos sin identificar. En aquella época, los cuerpos de los desaparecidos se enterraban como «indigentes».
Años más tarde, durante la pandemia de Covid-19, el cementerio-parque de Vila Formosa se convirtió en un importante lugar de descanso para las víctimas de la enfermedad.
El cementerio de Vila Formosa es un «parque vivo» en la Zona Este
Con el paso de los años, el cementerio de Vila Formosa se ha transformado a los ojos de los visitantes. Con una de las mayores zonas verdes de São Paulo, el espacio atrae no sólo a quienes visitan a sus seres queridos, sino también a los residentes de la Zona Este que buscan el contacto con la naturaleza. No es raro ver allí a gente paseando o en bicicleta, por ejemplo.
El Ayuntamiento ha inaugurado incluso un sendero autoguiado por el cementerio. Se trata de un sendero señalizado al aire libre de kilómetro y medio de longitud que permite explorar los encantos del bosque, como la fauna y la flora locales. Es importante señalar que el sendero se encuentra en la zona verde del cementerio, donde no se realizan enterramientos, por lo que su uso como ocio no interfiere en la rutina de la necrópolis.
Puede parecer curioso, pero este uso social del cementerio de Vila Formosa no es nuevo. Informes de 2001 muestran a los residentes aprovechando los caminos de la necrópolis para el ocio: