La población de São Paulo es una de las mayores del mundo, pero una especie parece dominar los callejones y calles de la ciudad: las ratas. Los estudios estiman que la ciudad alberga actualmente más de 120 millones de roedores, frente a «sólo» 13 millones de habitantes. En otras palabras, hay más ratas que humanos en São Paulo.
Estos animales están presentes en la ciudad desde hace más de un siglo, adaptándose fácilmente a las condiciones urbanas. Tanto es así que las ratas ya no están confinadas a las alcantarillas. Circulan por calles concurridas, plazas y galerías, revelando un grave problema de salud pública y medioambiental.

¿Por qué hay tantas ratas en São Paulo?
El problema de los roedores comenzó a principios del siglo XX, cuando São Paulo se expandió exponencialmente. A medida que la ciudad crecía, las aguas residuales y la basura doméstica de las calles se multiplicaban, ofreciéndoles alimento y refugio. Además, la urbanización contribuyó al aumento de las temperaturas, creando el escenario ideal para que estos animales se reprodujeran: pueden tener hasta 16 crías por camada cada mes.
En otras palabras, el caos urbano de las metrópolis es terreno fértil para la proliferación de ratas, y São Paulo no es diferente. Los expertos calculan que hay entre 10 y 15 ratas por cada paulista, lo que indica una superpoblación difícil de controlar por el personal sanitario. Y no para de crecer.
Entre los peligros de esta infestación están las enfermedades transmitidas por roedores, como el tifus, la peste bubónica, la salmonela y la leptospirosis. Esta última llega a causar tantas muertes como el dengue en São Paulo. La exposición se produce principalmente por el contacto con la orina de los animales, sobre todo en lugares inundados o poco higienizados.

¿Cómo contener las infestaciones?
Para contener la presencia de ratas en São Paulo, el Centro de Control de Zoonosis lleva a cabo programas de control de la población y de saneamiento. Además, los órganos competentes realizan con frecuencia acciones de desratización en puntos estratégicos, como el Mercado Municipal y el Viaduto do Chá.
Pero la prevención también viene de la población. Acciones sencillas, como mantener la basura bien cerrada, evitar la acumulación de escombros y sellar huecos, pueden impedir la entrada de roedores en las viviendas. En el caso de infestaciones persistentes, vale la pena llamar a un servicio de control de roedores para una lucha eficaz, contribuyendo a una ciudad más limpia y segura.
