¿Sabía que la primera sala de conciertos de Brasil está en nuestra ciudad? Situada en Campos Elíseos, la magnífica Sala São Paulo encanta al público desde su inauguración en 1999.
Sin embargo, lo que muy pocos saben es que,antes de eso, el local funcionaba únicamente como estación de ferrocarril. Curioso, ¿verdad? Pues descubra la historia de uno de los espacios más cool de São Paulo desde sus inicios.
El pasado de la Sala São Paulo como estación de tren
La estación Júlio Prestes se construyó entre 1926 y 1938. Se convirtió en el punto de partida del Ferrocarril Sorocabana, una empresa que utilizaba trenes para transportar café al puerto de Santos.
Con una arquitectura ecléctica, la estación de 25.000metros cuadrados fue diseñada por Cristiano Stockler das Neves. El diseñador se inspiró mucho en los estilos barroco y neoclásico y tomó referencias de las estaciones de Pensilvania y Nueva York, en Estados Unidos.
Su finalización tuvo lugar a finales de la década de 1930, cuando ya circulaban por São Paulo automóviles y autobuses, lo que provocó un declive en el uso de los trenes. Al fin y al cabo, durante este periodo, la población empezó a preferir medios de transporte más rápidos y con menos averías y retrasos. Por eso se abandonó al cabo de unas décadas.
Una nueva dirección
En los años 90, a petición de la Orquesta Sinfónica de São Paulo, el entonces gobernador Mário Covas decidió crear una sala de conciertos dentro de la estación. El lugar elegido para la novedad fue el jardín de invierno francés, que ocupaba parte de la estructura.
Así, en 1997, comenzó una intensa restauración del edificio, dirigida por Nelson Dupré. Para garantizar el aislamiento y el tratamiento acústico de la sala, el arquitecto se inspiró en otros auditorios de Norteamérica y Europa. Allí también tomó referencias para la composición estructural del edificio, incluyendo modelos de escenario, zonas de apoyo y accesos.
Entre varias consultorías, se sugirió la instalación de un techo móvil como forma de garantizar la flexibilidad acústica de la Sala São Paulo. El elemento, que puede elevarse hasta una altura máxima de 25 metros sobre el suelo principal, es uno de los principales diferenciales del recinto.
Dos años de obras después, la Sala São Paulo abrió por fin sus puertas el 9 de julio de 1999, con capacidad para casi 1.500 espectadores.
Para el estreno de la primera sala de conciertos de Brasil, la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo apeló al simbolismo interpretando la «Resurrección» de Gustav Mahler.
📍Praça Júlio Prestes, 16 – Campos Elíseos