Barretos, en el interior de São Paulo, es un destino turístico cada vez más popular. En 2024, la ciudad adquirió relevancia internacional al entrar en el ranking de Airbnb de las ciudades más buscadas en la plataforma, junto a metrópolis mundiales como Tokio y Múnich. Era la única brasileña en la lista.
Este éxito no es casual. Además de acoger la mayor fiesta taurina de América Latina, la ciudad alberga atracciones históricas, culturales y religiosas para todos los gustos y edades. Por lo tanto, si le gusta el rodeo, no puede perdérselo.

¿Qué hacer en Barretos?
El mayor rodeo de América Latina.
La ciudad está a 450 kilómetros de São Paulo, cerca de la frontera con Minas Gerais. Entre todas las atracciones, destaca el Festival do Peão de Barretos, que atrae a miles de turistas todos los años. Cada mes de agosto, el público puede disfrutar de espectáculos de música country la tradicional quema de ajos y emocionantes rodeos.
Pero no se deje engañar: la vida en el campo no se limita a la Festa do Peão. Al contrario, ¡está presente todo el año! El Barretos Country Park Resort, por ejemplo, es el primer parque acuático de temática campestre de Brasil. Ocupa más de 200.000 metros cuadrados con piscinas y toboganes, además de una granja y paseos a caballo. granja y paseos a caballo.

Turismo histórico y cultural
Además del festival, quienes busquen cosas que hacer en Barretos quedarán encantados con su rica historia. Un ejemplo es la Catedral do Divino Espírito Santo, la iglesia más antigua de la ciudad, fundada en 1877. El templo alberga pinturas renacentistas e imágenes sagradas de principios del siglo XX, por lo que es una visita obligada para los amantes del turismo arquitectónico y religioso.
Otra atracción es el Palácio das Águias, un histórico edificio neoclásico que albergó el ayuntamiento local. Actualmente alberga el Museo Ruy Menezes, que conserva documentos y objetos que cuentan la historia de Barretos y su importancia en el estado de São Paulo.
Por último, la Mezquita de Barretos destaca por ser la primera del interior de São Paulo y la única del país con arquitectura morisca y andalusí. Además de su belleza, ofrece la oportunidad de conocer mejor la presencia de la cultura islámica en la región.
